Lo que yo piense y sienta te debería de dar igual.
Muéstrame indiferencia, como yo te la regalo.
No te daré motivos para ser infeliz, así que apártate. 
Quiero ver bailarinas de vals a ritmo de tango sobre nubes de algodón.
Allá a lo lejos, en el mar de la amargura, lloras risas críticas y mentiras.
Yo quiero componer poemas que hablen de paz en medio de tormentas,
tormentas de té que acompañaran a los dulces de mazapán.
Gritaré regalándote versos tóxicos y poemas crueles.
Las bailarinas seguirán danzando y los demonios tendrán sexo con ángeles.
Sexo en el paraíso de los infiernos donde las llamas son rosas.
Embriágate de locura, bebe de mi vino y vete como siempre.
No te amé, no me amaste y aquí muere la margarita que deshojaste.
Hoy es su entierro, mañana será el tuyo y algún día el mío.
Muere, muere con los sentidos vivos y el cuerpo caliente. 
Lo que yo imagine y crea no te importa ni interesa.
Regálame la indiferencia que me prometiste.
No te quiero persiguiendo mis pasos con tacones de aguja falsos.
Quiero ver a mis amantes y revolver el lecho con gemidos con aroma a chocolate. 
Cómete mi corazón, ya no lo necesito...
cuando lo vomites póntelo como insignia a lo insignificante que eres.
No hay comentarios:
Publicar un comentario