Cuando nos reímos nos convertimos en seres felices. Extrañamente hay personas que pueden pasar del llanto más amargo a la carcajada más sonora. El miedo puede denotarse con risas burlonas, también el pánico. Pero hay risas y risas. Existen aquellos que tienen la vida tan vacía que se dedican a mofarse del resto, de los demás seres, y dedican todas sus energías a comentar su existencia. Se llama moralidad inversa, más bien la llamo yo de este modo. Es aquella en la que uno es moralista, pero de puertas a la galería. Se dedica a decir que todo lo hace mal las personas de su alrededor, o un cierto grupo, para sentirse él superior humillando a otros y gracias a eso es feliz. A esto lo denomino la mala comedia o malos comediantes.
Esta "felicidad" pasajera siempre, carente de sentido y de cualquier rasgo de humanidad, hace que cientos de personas en el mundo se sientan bien con ellos, con su alrededor. Alguien podría decir que gracias a esto hay personas que sobreviven, que es bueno, pero nadie piensa en las víctimas, aunque en este caso todos los somos. No son felices realmente, la rabia o la envidia los ciega y los llama a este estado de comedia incomprensible, bochornosa en muchos de los casos. Son como hienas, sus risas al menos lo es para mí.
La culpa es de la educación. Nadie les ha enseñado que todos somos distintos, la sociedad como dije anteriormente es la culpable de muchos males y con ello las empresas. Hablé de la televisión, de como manipulan los medios en mi anterior reflexión y aquí mostraré un gran avance de lo que es la deshonra, la perdida completa de humanidad. Educar no es hacer que un niño lea un libro y le hagas un examen, lo supere y pueda pasar al siguiente nivel. Educar es más que eso, no podemos hacerlo dejando a los niños frente a la televisión carente ya de toda inteligencia. Ya no encontramos dibujos que hablen de naturaleza, amistad, igualdad o respeto, no, encontramos programas basura en que hablan como son los pechos de una famosa. Ahí lo tenemos, lo que aprendemos lo aplicamos, pero luego que no nos lo apliquen a nosotros.
He visto a personas tan patéticas que se han dedicado a insultar a otras durante años, la envidia y las palabras soeces de la mano...¡Que hermosa es la ignorancia y la valentía que da! Se dedican a husmear en la basura del vecino, son como perros famélicos rebuscando. Lo peor de todo es que quieren que sean como ellos, seres sin escrúpulos y sin honor u orgullo.
A veces uno intenta conversar con ellos, seguramente más de una de las personas que me leerán asentiran a mis palabras, pero terminan por perder la cabeza y convertirse en seres desquiciados chillando que pierden el tiempo. Y es así, a seres como los que comento no se les puede tender la mano, menos una conversación civilizada y lo mejor es dejarlos de lado, abandonarlos como perros en medio de una kilométrica carretera.
Sin embargo, como he dicho, la culpa no la tienen ellos, sino la sociedad. Hablan de libertad de expresión y opinión. Pero la libertad se pierde cuando se adentra en la de otro. Si bien son los primeros en coartar los que se enfrentan con ellos y los dejan sin argumentos, los evaden y los bloquean de su vida. ¿no hacen lo mismo que las personas acosadas por ellos? ¿Entonces? ¡Quién los entienden! Dicen que cuando se da una cucharada de tu propia medicina te sabe a rayos, comprendes y te ofuscas. Pero hay personas que ni con esas, siguen insistiendo y hablando de que su ideología es la más eficaz como si fueran Hitler o Musolini. ¿No es mejor la tolerancia? Aceptar al resto, con fallos y virtudes, hacen que comprendamos más al ser humano y nos sintamos en total armonía. Todos somos distintos y eso se aprende desde pequeños, pero las divisiones y el deseo por ser aceptados nos convierten en una masa, y claro, lo distinto molesta.
No digo que ser distinto sea bueno o malo, el bien y el mal es un termino bastante extraño y sin poder centrarse en una definición concreta. Pero es mejor que ser un clon de tu vecino y pensar como él. Reírse de las personas, de sus defectos o virtudes, es algo que debería estar prohibido pero es el argumento de cientos de programas de televisión, de horas de luz frente a una ventana donde rugen los motores de los mediocres.
Lo único que puedo sentir por personas que viven y se divierten hablando de otros, insultando su vida o intentando dañar a otros es pena. Pena por el patetismo y la mala imagen que dan de si mismos. Sin embargo, no se puede hacer nada ya con los adultos, pero sí con los niños. La educación no está en las escuelas, como creen algunos padres, el tutor no es el profesor sino los progenitores. Es como la pescadilla que se muerde la cola, si los padres no tienen esa base de respeto y equidad el niño seguirá sus pasos.
Entonces ¿qué nos queda? Vanas ilusiones de una sociedad ideal, una que jamás va a existir, una donde haya respeto.
Mala Comedia (primera parte)
Lestat
Esta "felicidad" pasajera siempre, carente de sentido y de cualquier rasgo de humanidad, hace que cientos de personas en el mundo se sientan bien con ellos, con su alrededor. Alguien podría decir que gracias a esto hay personas que sobreviven, que es bueno, pero nadie piensa en las víctimas, aunque en este caso todos los somos. No son felices realmente, la rabia o la envidia los ciega y los llama a este estado de comedia incomprensible, bochornosa en muchos de los casos. Son como hienas, sus risas al menos lo es para mí.
La culpa es de la educación. Nadie les ha enseñado que todos somos distintos, la sociedad como dije anteriormente es la culpable de muchos males y con ello las empresas. Hablé de la televisión, de como manipulan los medios en mi anterior reflexión y aquí mostraré un gran avance de lo que es la deshonra, la perdida completa de humanidad. Educar no es hacer que un niño lea un libro y le hagas un examen, lo supere y pueda pasar al siguiente nivel. Educar es más que eso, no podemos hacerlo dejando a los niños frente a la televisión carente ya de toda inteligencia. Ya no encontramos dibujos que hablen de naturaleza, amistad, igualdad o respeto, no, encontramos programas basura en que hablan como son los pechos de una famosa. Ahí lo tenemos, lo que aprendemos lo aplicamos, pero luego que no nos lo apliquen a nosotros.
He visto a personas tan patéticas que se han dedicado a insultar a otras durante años, la envidia y las palabras soeces de la mano...¡Que hermosa es la ignorancia y la valentía que da! Se dedican a husmear en la basura del vecino, son como perros famélicos rebuscando. Lo peor de todo es que quieren que sean como ellos, seres sin escrúpulos y sin honor u orgullo.
A veces uno intenta conversar con ellos, seguramente más de una de las personas que me leerán asentiran a mis palabras, pero terminan por perder la cabeza y convertirse en seres desquiciados chillando que pierden el tiempo. Y es así, a seres como los que comento no se les puede tender la mano, menos una conversación civilizada y lo mejor es dejarlos de lado, abandonarlos como perros en medio de una kilométrica carretera.
Sin embargo, como he dicho, la culpa no la tienen ellos, sino la sociedad. Hablan de libertad de expresión y opinión. Pero la libertad se pierde cuando se adentra en la de otro. Si bien son los primeros en coartar los que se enfrentan con ellos y los dejan sin argumentos, los evaden y los bloquean de su vida. ¿no hacen lo mismo que las personas acosadas por ellos? ¿Entonces? ¡Quién los entienden! Dicen que cuando se da una cucharada de tu propia medicina te sabe a rayos, comprendes y te ofuscas. Pero hay personas que ni con esas, siguen insistiendo y hablando de que su ideología es la más eficaz como si fueran Hitler o Musolini. ¿No es mejor la tolerancia? Aceptar al resto, con fallos y virtudes, hacen que comprendamos más al ser humano y nos sintamos en total armonía. Todos somos distintos y eso se aprende desde pequeños, pero las divisiones y el deseo por ser aceptados nos convierten en una masa, y claro, lo distinto molesta.
No digo que ser distinto sea bueno o malo, el bien y el mal es un termino bastante extraño y sin poder centrarse en una definición concreta. Pero es mejor que ser un clon de tu vecino y pensar como él. Reírse de las personas, de sus defectos o virtudes, es algo que debería estar prohibido pero es el argumento de cientos de programas de televisión, de horas de luz frente a una ventana donde rugen los motores de los mediocres.
Lo único que puedo sentir por personas que viven y se divierten hablando de otros, insultando su vida o intentando dañar a otros es pena. Pena por el patetismo y la mala imagen que dan de si mismos. Sin embargo, no se puede hacer nada ya con los adultos, pero sí con los niños. La educación no está en las escuelas, como creen algunos padres, el tutor no es el profesor sino los progenitores. Es como la pescadilla que se muerde la cola, si los padres no tienen esa base de respeto y equidad el niño seguirá sus pasos.
Entonces ¿qué nos queda? Vanas ilusiones de una sociedad ideal, una que jamás va a existir, una donde haya respeto.
Mala Comedia (primera parte)
Lestat
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