Por ti

Siempre fui consciente de mis limitaciones, de mis errores, de mis fracasos y defectos. Sabía bien que ella se había marchado cansada de acompañar a un perdedor en sus derrotas. Me amaba, pero no era un amor ciego. Gracias a eso fui más humilde, más huraño y más idiota.

Una mañana cualquiera desperté y lo único que tenía de ella era una nota, en ella me pedía que cuidara a nuestro hijo y que se iba. Se iba a buscar un hombre que supiera cuidarla, protegerla y entregarle lujos que yo únicamente había poseído en sueños. Él descansaba en su habitación y con tan sólo tres años despertó abandonado por su propia madre. Sabía el porqué de todo aquello, se había enamorado de otro y yo sobraba, al igual que el fruto de nuestros errores.

- Papá. -dijo entrando en la habitación frotándose los ojos. - ¿Mami no me hace el desayuno hoy?

¿Cómo explicarle? ¿Cómo demonios se explica a un hijo que su madre se ha ido? ¿Cómo?

Ella jamás me amó, fue una calentura pasajera o tal vez el capricho de una niña con poder adquisitivo. Quería saber qué era vivir con un fracasado, después de la experiencia volvió a su mundo y dejó en el camino un hijo como si fuera una chinita en sus zapatos de tacón alto.

- No. Hoy haré el desayuno yo. -respondí antes de ir hacia él, intentando no hundirme y tomarlo todo como un reto más. Pero ese reto me rompió en dos y jamás volví a ser el mismo.

Casi tres años más tarde me encuentro frente a ti. Estamos juntos en un paraje que podría ser digno de ser llamado paraíso. Jamás pensé volver a sentir el amor, el deseo, la pasión desbordada, la locura más sana que conozco y que me hace sentir vivo. Pero tú eres distinto a ella. Eres un hombre. Eres el hombre que amo. Eres el hombre que he elegido. Y también eres el hombre de otro. Ahora yo soy quien haré daño, quien jugará a ser la tercera parte y que romperé la felicidad de otro.

- ¿Qué estás pensando? -preguntas aferrándote a mí en medio de un lago en plena noche.-Debo volver.

- ¿Y yo debo despertar?