Eres el reflejo de un poema,
el cual llevaba tatuado en mis pupilas.
Cálido Noviembre en el cual naciste,
como las palabras de un frío amante.
Te compones de sentimientos,
piel, huesos y ojos de león domado.
Fiera que recorre la selva de asfalto,
mujer que no se deja intimidar de nuevo.
De tus espaldas surgen alas intangibles,
sus plumas invisibles son grises.
En tus labios llevas una rosa,
aprietas su tallo con rabia en prosa.
Mujer salida de los infiernos de mi mente,
musa que es luciérnaga para quien la contempla
y hada para aquellos que no creen en la magia.
Bailarina de tacones lejanos y escote pronunciado.
Demuestras tu belleza sin sutileza alguna,
la expones y quien no desee verla que no mire.
Sin embargo, todos caemos en tu hechizo
y en tus palabras amargas, como crueles.
Eres el reflejo de una canción de amor
en clave de tango de arrabal y piano de Beethoven.
Naciste de los pétalos de un narciso
y terminaste vestida de rojo como amapola.
En los campos de Babilonia creces,
y caminas entre las lenguas muertas de las ciudades.
Mundos conocidos y explorados mil veces,
pero olvidados en nuestra desmemoria.
Criatura que ha surgido para dominarnos,
eso eres y eso serás toda la vida.
La música de tus guiños es de flamenco
y tu amor es una balada rock que no cesa.
Eres...
Música, poesía pura que crece y muere...
Sinfonía de miserere con partitura de Ópera...
Ángel de cuerpo frágil y ojos de selvático animal...
Flores que surgieron en un jarrón de cristal...
Vamos demonio, dame tu mano nívea
y marca mis mejillas con tu fuego.
Quiero llevar a los infiernos un recuerdo
y un poco de felicidad para tus admiradores.
el cual llevaba tatuado en mis pupilas.
Cálido Noviembre en el cual naciste,
como las palabras de un frío amante.
Te compones de sentimientos,
piel, huesos y ojos de león domado.
Fiera que recorre la selva de asfalto,
mujer que no se deja intimidar de nuevo.
De tus espaldas surgen alas intangibles,
sus plumas invisibles son grises.
En tus labios llevas una rosa,
aprietas su tallo con rabia en prosa.
Mujer salida de los infiernos de mi mente,
musa que es luciérnaga para quien la contempla
y hada para aquellos que no creen en la magia.
Bailarina de tacones lejanos y escote pronunciado.
Demuestras tu belleza sin sutileza alguna,
la expones y quien no desee verla que no mire.
Sin embargo, todos caemos en tu hechizo
y en tus palabras amargas, como crueles.
Eres el reflejo de una canción de amor
en clave de tango de arrabal y piano de Beethoven.
Naciste de los pétalos de un narciso
y terminaste vestida de rojo como amapola.
En los campos de Babilonia creces,
y caminas entre las lenguas muertas de las ciudades.
Mundos conocidos y explorados mil veces,
pero olvidados en nuestra desmemoria.
Criatura que ha surgido para dominarnos,
eso eres y eso serás toda la vida.
La música de tus guiños es de flamenco
y tu amor es una balada rock que no cesa.
Eres...
Música, poesía pura que crece y muere...
Sinfonía de miserere con partitura de Ópera...
Ángel de cuerpo frágil y ojos de selvático animal...
Flores que surgieron en un jarrón de cristal...
Vamos demonio, dame tu mano nívea
y marca mis mejillas con tu fuego.
Quiero llevar a los infiernos un recuerdo
y un poco de felicidad para tus admiradores.
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