martes, 22 de noviembre de 2011

Flores

Flores frescas sobre la vieja tumba de tu melancolía.
Flores en ramillete de divinas fantasías, sueños que reposan.
Flores que duermen entre lápidas en este tu día.
Miserere de ánimas y luminarias, violines para un ángel.

Tu rostro de piedra muestra el dolor y su paso por tus mejillas.
Lágrimas de ángel de piedra, corazón de miel de abeja reina,
sueños rotos y bañados en la nieve que cubre el reino de hielo.
Mares olvidados en tu pañuelo, ramillete de desesperanza vana.

Nacemos para acabar en una fosa, con o sin nombre.
Nacemos para ser olvidados como los viejos milagros.
Nacemos para sufrir, sentir la miseria y también la fantasía.
Miles de fragancias esbozan cánticos en la garganta del ángel.

Hoy hemos venido a buscar las margaritas azules,
esas que decoraron tus cabellos de ébano
y que fueron besadas por tus manos en aquella estepa.
Hoy hemos venido a entregarte nuestro corazón de azahar.

Flores frescas para el último viaje hacia la noche de los santos,
poemas en lápidas que se vienen al suelo mientras paseamos.
Refúgiate bajo el paraguas rojo que recuerda a los nardos,
y en tus ojos ten grabados el color de las violetas que muestra el cielo.

Hoy, en este amanecer extraño, te digo adiós como si nada.
Hoy, en este día de luto, rezaré por ti y también por mi alma.
Hoy, las campanas repican con fuerza que hay un nuevo difunto.
Sueños de satén, poemas de amor desesperado y una rosa en el ojal...

Sueños, libertad, flores, muerte y poemas.

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