martes, 8 de noviembre de 2011

Fuego

Eres fuego que no quema,
vino que no calma la sed,
delirios en el amanecer
al borde de la noche más eterna.

Caeremos en precipicios de sueños,
y terminaremos hundidos en aguas invernales.
Allá las flores cantaran germinando,
mientras mueren las mariposas.
En medio del edén nos desnudaremos
con caricias que cubrirán nuestros ojos.
Aleteos de ángeles de alas destrozadas,
serán las desacompasadas notas musicales.

Eres fuego en mi corazón,
vino en mis arterias
y alma que renace
dentro de mi Babilonia.

Demonio de ojos bellamente dulces,
ángel de agrietadas alas de hierro...
Gato persiguiendo ratones invisibles.
Nacidos en amaneceres perdidos
en mi revuelto y destrozado escritorio.
Somos criaturas de bohemio cristal
de aquel espejo destrozado.
Demonios ebrios que son ángeles
proscritos que escriben versos...
Y yo los canto bajo tu balcón.

Esto es la pasión, la ilusión, el desenfreno del corazón.
Cuéntame cuentos de flores de fantasía, cuéntame tu vida.

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