Rarezas

Con un chasquido rompiste el silencio,
permitiendo que las bravas oleadas
de tu airada voz me abofetearan.
Las lágrimas que bañan tus ojos,
son los tristes poemas que derraman mi sangre.
Pétalos de rosas silvestres de nieve azul
humedecidas por las nocturnas perlas de tu mirada,
son los insufribles y vastos calvarios
que pisan con firmeza mis pies cansados.

Rompe la magia como si fuera un folio,
el contrato queda firmado con la nada
y la nada se hace amiga del todo más mundano.
Lloraremos por lo que no tuvimos y no tendremos,
beberemos por los sueños que aún nos quedan.
Seamos marionetas libertinas que enredan sus cuerdas,
esas que una vez fueron parte de un Stradivarius.
Melodía que rompe la noche, lamentos de amantes.
Furia, sexo, golpes en la mesa y plumas de ángel.
Una rosa por cada lágrima que has derramado,
bellas palabras para el funeral de las pesadillas.

Energía que bate nuestro corazón,
de forma salvaje como si no importara.
Pulsaciones extrañas que nos entregan
a demoníacos actos de besos infames.
Y yo te besaré con ese chasquido,
saldrás del trance y todo habrá acabado.
El silencio caerá con los pétalos de cerezo,
y nos daremos calor esperando la primavera.
Las mentiras no nos aterrarán jamás,
las lágrimas se han transformado en sinfonías
y los versos de los poemas en besos cálidos.
Rosas de fuego para mis pies pintados con crayón,
en busca de paisajes de temperas y acuarelas.