jueves, 26 de abril de 2012

Inmortalidad


En la oscuridad, donde la calma y la cautela no abundan,
en medio de esta ciudad, oculto bajo una espesa bruma,
en la nada más simple me encuentro con mis pensamientos... 

La luna se alza majestuosa observando cada uno de mis movimientos, 
mis pasos se pierden entre el tránsito y el sonido del motor de viejas cafeteras.
La luna se alza majestuosa llamándome la atención como una dama en traje de fiesta, 
y yo la contemplo como un ferviente enamorado de su silueta. 

Camino hasta los bosques, subo al páramo y me dejo caer sobre la tumba que una vez tuvo mi nombre... INMORTALIDAD. 

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