domingo, 3 de febrero de 2013

Violín maldito


¿Puedes escucharlo? ¿Puedes hacerlo?
¡Es el fuego abrasador que acaricia tu rostro!
El lamento de este maldito profeta
caerá sobre ti arrancando tu vida con su arco sin flechas.

¡Abriré mi pecho! ¡Y miras dentro!
No pidas súplicas a mi corazón
pues carezco de él desde hace siglos.
¡Los dorados cabellos de sol lo aniquilaron!

Soy la marioneta rota de un teatro
y tú serás mi nuevo juguete.
Llenaré de tormento tus noches
y haré imposible tu miserable vida.

¡Te has condenado vil mente sucio patán!
Hoy me has invocado entre las brumas,
en las cuales caminaba con lágrimas de sangre
y los pies descalzos tan quemados como siempre.

El fuego no me hace daño, ya sólo soy cenizas,
pero tú sentirás las llamas purificando tu alma.
Ven aquí y deja que te degüelle lacerando tu garganta.
¡Oh! ¡El teatro se quedó sin máscaras!

Mis pasos resonaran en tu cráneo
y llorarás cayendo de rodillas implorando perdón.
Pero el daño ya está hecho, la afrenta está en el aire.
¡Morirás envenenado por las mentiras y el pecado!

¡Crujirá tu cráneo! ¡Moleré tus huesos! ¡Tu piel será cenizas! ¡Llorarás! ¡Gritarás! ¡Girarás conmigo el aire! ¡Sufrirás!

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