Mariposa triste de invierno
fue la que cayó sobre tu cuerpo
y los latidos de tu celestial corazón
obraron el milagro entre tus senos.
Aferrarte a mi mano con firmeza
no te hará caer, ni te provocará
daño.
Deja que tu alma vuele a mi lado
y que descubra el amor y su belleza.
Por más dolorosa que sea la vida,
más hermoso es el camino andado.
Los senderos se mezclan en tu cintura
y acaban en mis dedos manchados.
Deja que la tinta diluya el presente
y escriba uno nuevo con mis besos
provocaré que tu piel se caliente
y que tus ojos contemplen nuevo cielo.
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