Tenderte mis manos,
que las tomes entre las tuyas
y mires el hueco de mi pecho
eso pretendo.
Ese hueco que has cubierto
con besos de palabras sinceras
y con fotografías de un futuro
tan cierto como nuestro.
Tú y yo, dos almas salvajes
un lecho de rosas silvestres
y una copa de vino espumoso
de una bodega italiana.
Nosotros, en un cálido crepúsculo
subidos a una colina
con los pies destrozados y cansados
escuchando a lo lejos los grillos.
Tú y yo, dos almas vivas
que surgieron de un pasado marcado
con un presente fuerte
como el futuro que nos espera.
Te besaré en el mar, como si fueras
sirena
y en los montes, igual que un hada.
Rezaré por ti como si fueses Diosa
y pintaré tu cuerpo con caricias, al
ser musa.
Tenderte mis pensamientos,
los recuerdos de una vida inconclusa
con sus claros y sus sombras...
Tenderme secretos como yo te he dado.
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