lunes, 27 de mayo de 2013

Tú eres el amor de vida

El amor se abrió camino en mi pecho,
recorrió mis inmortales venas
y llovieron sobre tus labios
gotas de carmín de amapolas silvestres.

La vida se nos fue, lentamente,
y caminamos por el sendero
del amor inconsciente y reblede.
Y tuve la culpa de tus lágrimas, lo sé.

Te amé con todas mis fuerzas,
por encima del misterio de tu silencio
y bajo las sábanas de la cama
donde yacían las palabras que no te daba.

Y ahora, en éste nuevo siglo,
te busco como lo he hecho siempre
con un grito quebrado en el cielo
y lágrimas en mis amaneceres.

Te quiero, como en el ayer,
y te amo, como en el siempre.
Porque tú has sido el primero,

el verdadero jardín de la felicidad.  

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