El sol en lo más alto,
caricias bajo las sábanas.
Besos robados e inesperados,
restos de “te amo” en tus labios.
Y tú buscas mi cuerpo frío,
tan duro y blanco como el mármol.
Y yo busco tus pechos firmes,
tan tentadores como tus ojos
pasionales.
El violín y el piano unidos,
un concierto de palabras y gruñidos.
Vampiros en el refugio de sus almas,
azotados por la leyenda y la ternura.
El sol aún continua reinando,
nuestros cuerpos danzan vals
y las cortinas se agitan en la
oscuridad.
He encontrado un te deseo en la
almohada.
Y tú buscas mis caricias,
tan pecaminosas como el infierno.
Y yo busco tus profundas miradas,
como el agua del oscuro Pacífico.
El amor vino a liberarnos de nuestras
cadenas,
ahora abre tus alas y vuela como Ícaro pero sin sol.
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