Besé tus labios de mariposa triste
mientras la sinfonía de nuestras vidas
sonaba en una vieja radio de los
ochenta
y por eso creo que me reviviste.
Abrí las alas lejos de la oscuridad
y al fin me hiciste volar.
Aparté tu flequillo y te besé en la
frente
antes de marcharme de la ciudad.
Entre el aroma de las hojas de té
recordé tu perfume y tuve que gritar.
Viniste corriendo a mi lado
con las gasas de tus caricias.
¡Por que así ama con el corazón!
Estaba triste y tú viniste a darme el
tuyo.
Junto curamos las heridas del ayer
y desde entonces bailamos con esta
canción.
La radio sigue sonando con viejas
sinfonías
y todas parecen ser los latidos
acelerados
de nuestro pulso, nuestra locura llena
de pasión.
A lo lejos puede verse el amanecer,
pero en las noches yo te querré.
¡Ah me dijiste que me amabas y creí
morir!
Pero entonces me di cuenta que volví a
nacer.
En este jardín lleno de flores
hermosas
tú eres quien tiene los pétalos de
fantasía.
Sé que quizás nadie más me conozca
como tú lo has hecho enredándote en
mi amor.
Y entonces abrí las alas, me eché a
volar
y noté que ya no eran negras sino
blancas.
Tú hiciste que el luto del ayer se
esfumara
y te convertiste en musa de ojos
luceros del alba.
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