sábado, 22 de mayo de 2010

nacimiento

Cuando nacemos no nos damos cuenta que empezamos a morir, empezamos el camino inverso desde que somos simples células. Al ver la luz vemos un mundo extraño, el exterior, el cual nos abraza y golpea en dosis idénticas. Somos hermosas semillas que hemos logrado florecer, árboles que nos convertiremos en robustos ejemplares que tendremos que aguantar aguaceros y plagas. Nuestro corazón comienza a bombear desde que empieza a formarse, un músculo que sin él no existiría. Nuestra alma, nuestra hermosa alma es pura y prácticamente cristalina.

Somos un hermoso amanecer. Somos una flor en un inmenso jardín. Cada uno tenemos nuestra propia fragancia. Un regalo sensacional. Una muestra más que existe la belleza y la belleza de la vida se inicia con minutos de pasión desenfrenada. Caricias, besos, abrazos y finalmente el acto carnal más instintivo y deseado por el hombre. Se inicia una carrera frenética hacia la magia de la vida.

Hoy me encuentro sentado en una sala de hospital. Estoy nervioso y confuso. El gran día ha llegado. Puedo sentir que mi estómago parece revuelto. Mis hombros comienzan a sentir un gran peso y mis dudas comienzan. Observo mis manos, puesto que llevo rato temblequeando sentado solo en aquel pasillo. Estoy esperando mi mayor deseo, el mayor regalo que puede tener un hombre... voy a ser padre.

Hoy tendré que ser responsable de una vida. Hoy tendré que comenzar a caminar de forma firme y sin flaquear. Hoy tendré que luchar por mí y por él. Hoy me lleno de dudas. Hoy siento que el mundo se hunde y renace otro con una fragancia más agradable...

-¿Kamijo Yuuji?-interroga uno de los médicos que asistían al maravilloso momento del parto.-Ha sido un niño, tal como esperábamos. Subiremos a la madre a la planta y podrá ver a su hijo en cuanto terminemos de revisarlo.

Una gran sonrisa se formula en mi rostro y las dudas se despejan como las grandes nubes tras la tormenta.

En el momento indicado uno despeja sus dudas y sólo afronta sus responsabilidades.

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