Cuando nacemos no nos damos cuenta que empezamos a morir, empezamos el camino inverso desde que somos simples células. Al ver la luz vemos un mundo extraño, el exterior, el cual nos abraza y golpea en dosis idénticas. Somos hermosas semillas que hemos logrado florecer, árboles que nos convertiremos en robustos ejemplares que tendremos que aguantar aguaceros y plagas. Nuestro corazón comienza a bombear desde que empieza a formarse, un músculo que sin él no existiría. Nuestra alma, nuestra hermosa alma es pura y prácticamente cristalina.
Somos un hermoso amanecer. Somos una flor en un inmenso jardín. Cada uno tenemos nuestra propia fragancia. Un regalo sensacional. Una muestra más que existe la belleza y la belleza de la vida se inicia con minutos de pasión desenfrenada. Caricias, besos, abrazos y finalmente el acto carnal más instintivo y deseado por el hombre. Se inicia una carrera frenética hacia la magia de la vida.
Hoy me encuentro sentado en una sala de hospital. Estoy nervioso y confuso. El gran día ha llegado. Puedo sentir que mi estómago parece revuelto. Mis hombros comienzan a sentir un gran peso y mis dudas comienzan. Observo mis manos, puesto que llevo rato temblequeando sentado solo en aquel pasillo. Estoy esperando mi mayor deseo, el mayor regalo que puede tener un hombre... voy a ser padre.
Hoy tendré que ser responsable de una vida. Hoy tendré que comenzar a caminar de forma firme y sin flaquear. Hoy tendré que luchar por mí y por él. Hoy me lleno de dudas. Hoy siento que el mundo se hunde y renace otro con una fragancia más agradable...
-¿Kamijo Yuuji?-interroga uno de los médicos que asistían al maravilloso momento del parto.-Ha sido un niño, tal como esperábamos. Subiremos a la madre a la planta y podrá ver a su hijo en cuanto terminemos de revisarlo.
Una gran sonrisa se formula en mi rostro y las dudas se despejan como las grandes nubes tras la tormenta.
En el momento indicado uno despeja sus dudas y sólo afronta sus responsabilidades.
Somos un hermoso amanecer. Somos una flor en un inmenso jardín. Cada uno tenemos nuestra propia fragancia. Un regalo sensacional. Una muestra más que existe la belleza y la belleza de la vida se inicia con minutos de pasión desenfrenada. Caricias, besos, abrazos y finalmente el acto carnal más instintivo y deseado por el hombre. Se inicia una carrera frenética hacia la magia de la vida.
Hoy me encuentro sentado en una sala de hospital. Estoy nervioso y confuso. El gran día ha llegado. Puedo sentir que mi estómago parece revuelto. Mis hombros comienzan a sentir un gran peso y mis dudas comienzan. Observo mis manos, puesto que llevo rato temblequeando sentado solo en aquel pasillo. Estoy esperando mi mayor deseo, el mayor regalo que puede tener un hombre... voy a ser padre.
Hoy tendré que ser responsable de una vida. Hoy tendré que comenzar a caminar de forma firme y sin flaquear. Hoy tendré que luchar por mí y por él. Hoy me lleno de dudas. Hoy siento que el mundo se hunde y renace otro con una fragancia más agradable...
-¿Kamijo Yuuji?-interroga uno de los médicos que asistían al maravilloso momento del parto.-Ha sido un niño, tal como esperábamos. Subiremos a la madre a la planta y podrá ver a su hijo en cuanto terminemos de revisarlo.
Una gran sonrisa se formula en mi rostro y las dudas se despejan como las grandes nubes tras la tormenta.
En el momento indicado uno despeja sus dudas y sólo afronta sus responsabilidades.
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