miércoles, 23 de junio de 2010

cio cio

Sin lengua, sin ojos, sin manos, sin piel, si oídos y sin olfato. Sin los sentidos. Sin nada. Desahuciado en el oscuro olvido, en la fría humedad de las lágrimas. He olvidado contar mi historia, puesto que mi memoria se ha oscurecido y podrido. Pero mi corazón susurra versos malditos que mis oídos escuchan a penas, ya que estoy quedándome sordo como también ciego. He olvidado sentir, pero no he olvidado un nombre.

Cuando mi mente rememora esas simples letras, ese nombre que me parece dulce y hermoso, vuelvo a la vida y noto como todo mi ser crece lentamente hacia la luz. Siento que la verdad existe, que las energías del amor me envuelven y vuelvo a sentirlas como si fuera un niño. Pero pronto mi cerebro se paraliza, las lágrimas fluyen y termino renegando.

Tengo miedo. El miedo que me ha paralizado como estatua todos estos años, miedo a ser otro y no yo. Miedo a la felicidad a su lado. Miedo a mis propias mentiras y verdades. Miedo al destino.

Soy alguien que odia amar y a la vez lo necesita. Sin embargo, no soy el único. Hay más almas como yo, todos somos así, todos tenemos miedo al amor.

Por ello hoy me he propuesto abrazar el sentimiento y volver a tener lengua, ojos, manos, piel, oídos y olfato. Quiero volver a ver el rostro de esa persona, sentir sus labios sobre los míos, susurrar poesías malditas, o no, en sus oídos mientras mi nariz rememora su fragancia hasta hacerme levitar.

Al abrir los ojos la contemplo, pero su cuerpo yace muerto cubierto de hermosas mariposas. Mariposas que revolotean sobre su pecho mancillado. He vuelto junto a ella, he dejado que mis sentimientos ganaran a mi razonamiento, pero ella ya ha muerto.

-¡Cio-cio!-grito cayendo frente a su frágil figura, tomo su mano y la beso.-Cio-cio gomen, gomen Cio-cio... Ai shiteru.-susurro antes de sentir el frío del metal, vuelvo a sentir el mundo y también el dolor.-Ai shiteru.-balbuceo antes de caer sobre el cuerpo de la hermosa dama de las mariposas... de mi hermosa mariposa.

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