La lluvia caía lentamente salpicando y refrescando todo. Una lluvia de verano, de esas lloviznas que se vuelven intensas. Pronto se convirtió en un aguacero. Las calles se convirtieron en desiertos, salvo por el tráfico y los horribles cláxones.
Yo caminaba como si nada ocurriera a mí alrededor. Me sentía perdido y confuso. Había perdido lo que más me importaba en este mundo, mi corazón se lo había llevado con ella. Mi mente se fundía en un mar de dolor intenso y mis ojos se convertían en ríos de lágrimas. Lloraba, el día me acompañaba en un duelo pesado.
-Te has ido.-susurré alzando mi rostro hacia el cielo.-Me has dejado solo.
Me quedé parado frente a nuestro edificio. Aún podía notar tu presencia, tus caricias, tus abrazos, todo lo que tú me habías ofrecido a cambio de nada. Te amaba. Debí decirte más veces cuanto te amaba, ahora no puedo y me siento inútil. Sin embargo, sé que lo sabes, sé que eres consciente que me has dejado sin corazón y sin fuerzas.
Yo caminaba como si nada ocurriera a mí alrededor. Me sentía perdido y confuso. Había perdido lo que más me importaba en este mundo, mi corazón se lo había llevado con ella. Mi mente se fundía en un mar de dolor intenso y mis ojos se convertían en ríos de lágrimas. Lloraba, el día me acompañaba en un duelo pesado.
-Te has ido.-susurré alzando mi rostro hacia el cielo.-Me has dejado solo.
Me quedé parado frente a nuestro edificio. Aún podía notar tu presencia, tus caricias, tus abrazos, todo lo que tú me habías ofrecido a cambio de nada. Te amaba. Debí decirte más veces cuanto te amaba, ahora no puedo y me siento inútil. Sin embargo, sé que lo sabes, sé que eres consciente que me has dejado sin corazón y sin fuerzas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario