miércoles, 7 de julio de 2010

war

Quería regalarte un mundo mejor, pero sólo te ofrecí un paraíso destruido. –dijo con un hilo de voz mientras me miraba ahogándose, puesto que el oxígeno no llegaba bien a sus pulmones.-No tendrás futuro, ni presente. El pasado está demasiado anclado aún hoy en día. La vida se detiene y ralentiza. Tú hijo mío verás guerras y hambre. Un odio terrible que se propaga en todas direcciones.-hizo una pausa para acariciar mis manos, para tomarlas entre las mías.-Quería regalarte sentimientos, pero me olvidé que el odio existía y era el más intenso.-asentí cuando le escuchaba comprendiendo el significado.-Podrás amar, pero odiarás mil veces más. Tendrás miedo y lo convertirás en rechazo. Te harás daño ocultando la verdad y la mentira se hará presente en tu garganta, hasta que duela y te asfixie.-una lágrima se escapó de aquellos ancianos y achacosos ojos.-Quería darte un mundo mejor, sentimientos y motivaciones. Pero sólo te di lo que me permitieron darte, los escombros de los escombros que me dieron. Hoy es el día de mi partida, hijo mío, y aún no he descubierto el misterio de la vida. Me voy dejándote solo, me voy dejando mi legado que es escaso.-yo también lloraba, eran sus últimas palabras.-Logra que este mundo crezca fuerte, que todo lo que y deseé florezca. Logra tus propias victorias y haz tus propias metas. Mi querido hijo, mi amado hijo, mi pequeño… deja una huella intensa.

A lo lejos las bombas seguían escuchándose… primero un silbido y luego una gran explosión…

A lo lejos gritos, humo, dolor, sangre, desesperación… una guerra entre hermanos…

Nos matamos, destrozamos y cuando llega nuestra hora nos damos cuenta que hubiéramos vivido mejor en paz y armonía.

Tal vez ese es el misterio de la vida.

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