miércoles, 14 de julio de 2010

Me muero

Muero ante tu crueldad y desprecio.
Muero por tus miradas vacías y silencios.
Muero de celos.

Estoy envenenado por estos sentimientos, borracho de odio y temeroso de mi crueldad. Amarte ya no lo es todo, ya no me basta. Quiero tenerte para mí, únicamente para mí, como si fueras una muñeca de coleccionista.

Ese es mi lado oscuro. El lado cruel y violento del hombre que una vez dijiste amar. Fue cruel encontrarte en la cama con mi hermano, despreciable que te rieras en mi cara y me humillaras frente a todo un salón repleto de amigos y conocidos.

Pero sé que la culpa no la tienes tú, sino yo. Yo que no supe enamorarte día a día, yo que marchité tu amor por mí si alguna vez existió, yo que ahogué la pasión por un remanso de paz lejos de nuestro París, yo que amaba más a mis documentos que tu cuerpo en mi cama... y aún así... aún así me creo la víctima y arde en mis venas el desprecio.

Muero porque quiero volver a besarte, que vuelvas a amarme y se produzca el milagro de hace diez años. Si bien, sé que acabar con mi vida esta noche te dará paz y libertad. Así que adiós y gracias por los buenos momentos y por los desengaños que me hiciste sentir.

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