Me gustan tus silencios, porque tus ojos están cerrados.
Callas más que hablas, eres la princesa sin nombre.
Necesito cobijarte entre mis alas de extraño heraldo.
Princesa, yo siempre te admiraré con ojos de hombre.
En la inmensidad de la nada te hallé,
olvidada como un viejo botón.
En la envidiable cuna de lo amargo,
me tomé un café de miradas ancladas en el ayer.
Como si fueran notas de una caja musical,
tú me hiciste que soñara con zapatos de cristal
y cuentos del País del imposible Jamás.
Me hiciste amarte en silenciosos gritos.
Notas de lluvia que son de piano,
suaves y cálidas como los pétalos de las rosas de fuego.
Lágrimas que son lluvia acariciadas por mis manos,
ásperas y frías como el helado mármol.
Me guardo uno de tus susurros, un guiño a los recuerdos.
Dejaré escapar un suspiro, mientras llueve, en tus labios.
Y buscaré en los libros de caballería que hay de cierto,
pues quiero cabalgar en honor a nuestros sueños.
Melancolía esparcida en fragancia de poesía,
vidas anónimas que traspasan los entintadas muros
que son las paredes del alma de un artista.
Tú serás mi musa, tú mi dulce poetisa.
Callas más que hablas, eres la princesa sin nombre.
Necesito cobijarte entre mis alas de extraño heraldo.
Princesa, yo siempre te admiraré con ojos de hombre.
En la inmensidad de la nada te hallé,
olvidada como un viejo botón.
En la envidiable cuna de lo amargo,
me tomé un café de miradas ancladas en el ayer.
Como si fueran notas de una caja musical,
tú me hiciste que soñara con zapatos de cristal
y cuentos del País del imposible Jamás.
Me hiciste amarte en silenciosos gritos.
Notas de lluvia que son de piano,
suaves y cálidas como los pétalos de las rosas de fuego.
Lágrimas que son lluvia acariciadas por mis manos,
ásperas y frías como el helado mármol.
Me guardo uno de tus susurros, un guiño a los recuerdos.
Dejaré escapar un suspiro, mientras llueve, en tus labios.
Y buscaré en los libros de caballería que hay de cierto,
pues quiero cabalgar en honor a nuestros sueños.
Melancolía esparcida en fragancia de poesía,
vidas anónimas que traspasan los entintadas muros
que son las paredes del alma de un artista.
Tú serás mi musa, tú mi dulce poetisa.
Dedicado a Rocío.
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