miércoles, 23 de noviembre de 2011

La sinfonía

La sinfonía de tus pasos me estremece, hace que caiga en la locura y no desee curarme de ella. Es una sensación divina escuchar como caminas descalza, mostrándote salvaje e inexplicable. Eres uno de esos misterios que posee el mundo, uno de tantos, pero eres el fenómeno que más me atrapa como si fuera luciérnaga en un frasco. Y sin embargo, la luciérnaga eres tú. Eres un hada de contorneadas piernas y ojos de almendra. Eres la belleza hecha manjar, la poesía secuestrada para ser parte de una obra infinita. Sí, provocas nerviosismo y mezcla de palabras imposibles...

Tu forma de contemplarme, sigilosa como la de un gato, me recuerda que tu alma está inquieta y que sólo es la pose que me muestras. Eres increíblemente humana y a la vez pecado divino, manjar de dioses que no se atreven ni a besar tus labios. Lujuria de palabras en caricias lentas, en pasos cortos y miradas largas. Sensaciones que no puedo describir mejor, pero que erizan los vellos de mi nuca y me recorre de pies a cabeza.

Eres un enjambre de abejas reinas, que anidan en mi pecho, y crean el zumbido embriagador de mis latidos, sí tú eres el impulso necesario para sacarme de mi sosiego. Pura locura, puro pecado, y pura blancura la de tu traje.. ese que te envuelve como si fuera la seda de una crisálida y pudieras salir de él, escapar, con alas de mariposa de tacto parecido al terciopelo.

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