Flores radiactivas germinan bajo tus pies,
mientras tus alas de libélula buscan aire puro
para tus jóvenes pulmones hechizados por la amargura.
En tus ojos se pueden leer tu condena inventada
y en tus labios el sabor de sueños funestos.
Alzo mis manos hacia tus cabellos,
para dejar mis garras sobre tus blancas mejillas.
Noto las lágrimas de diamante azul,
así como la nítida melodía de un violín
acompañando mi beso desesperado.
Flores radiactivas que son rosas cargadas de espinas,
bañan tus blancos pies de ninfa de crisálida violácea.
En tus enaguas blancas yace la negra sospecha,
la cual trepa hasta tu pecho ahondando en tu corazón.
Y yo simplemente beso tus labios intentando despertarte.
Alzo mis ojos hasta los tuyos, permanecen cerrados.
Grito sin boca, porque la he perdido en mi último intento.
Mis dedos, mis miserables dedos, ahondan en tus yagas
mientras palpan la carencia de tus alas.
Yo, como mi padre cuervo, renací para abrazarte.
Flores violáceas rozan tus cabellos
en una lluvia de serpentinas salvajes
y viejos recuerdos que se convierten en raíces,
las cuales brotan de tu corazón hacia el suelo.
¿A caso eres Dafne y yo el estúpido de Apolo?
Te convertirás ante mí en el selvático laurel
que aparenta ser mil mariposas cisne
y que es besada en peregrinación como una virgen.
Y sin embargo sigues siendo musa, hada y libélula.
Por supuesto yo sigo siendo el ángel de la misericordia.
Deja que te abrace y bese de nuevo tus labios,
pues tu boca es lo único que anhelo
así como el calor de tu cuerpo yaciendo en el pasto
junto al mío, el de un infame que se cree poeta.
Créeme a mí y no a tus pesadillas, abrázame.
Me llamaron monstruo en leyendas,
bestia infame que recorre el tiempo y el espacio
en busca de la misericordia de la Rosa madre
y sus últimos pétalos convertidos en mariposa.
Pero sólo soy el ángel de alas mecanizadas.
Te llamaron loca, incauta y Pandora sin caja.
No dejaron de escupir mentiras sobre tus malas artes,
pero sin duda sigues siendo poetisa
y seguidora de Artemisa presa por Hefesto en sus fraguas.
Psique que ha perdido el rumbo y sus alas.
Mariposa de color blanco, brillas en las noches de invierno
y seduces en las cálidas mañanas de verano.
Cuervo ingenuo que socorre a la única de su especie,
una mariposa que cae desde lo alto.
Tú y yo, un verso y un poema para mostrarte todo.
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