jueves, 1 de diciembre de 2011

Almas esclavas

Envuelto en una túnica negra tejida por una araña,
así me encontraba mientras me aferraba a la vida.
En la crisálida donde mis sueños se apagaban
nacían otros que cubrían mis heridas.

Alas de cristal para el ángel de la muerte,
sueños que envenenarán la sangre de cristo
y valles de flores con aroma a lágrimas
donde yacerán mis huesos.

En mi alma están tatuadas palabras no dichas,
pero sí sentidas como si hubieran orado por ella.
Cada remiendo, cada trozo de mi túnica,
son las cadenas que una vez no quise y me impuse.

Soy el mecenas del arte grotesco y el pintor de acuarelas,
condenado a mis propios infiernos donde duerme el paraíso.
Germen de trigo que se convierte en pan
que no sacia a los hambrientos de esperanza en futuro incierto.

Decadencia, sobriedad, juegos de muertos
y las pesadillas ofrecidas en bandejas de plata.
Amputa mi cabeza, destroza mis recuerdos
y deja que el infierno cure mi dolor de una vez.

Envuelto en cenizas, las cuales pertenecen a los libros
que han quemado por que fueron míos.
Cáliz de mentiras saboreados para renacer
quizás en estos amaneceres azules.

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