Cantos de sirena en vasijas decoradas con pétalos de cerezo, ángeles lamentándose en las salas contiguas cercanas al purgatorio, luciérnagas que espolvorean buena suerte sobre las yagas de un minotauro y Medusa sufre por no poder contemplarse en los ojos de su amado. En el jardín de las deidades puedes hallar cientos de monstruos, seres que fueron abandonados por el dedo acusador de los que se creen menos extraños. Mi jardín, el jardín de las amapolas azules y los girasoles rojos, cuento a gatos que nacen de flores el legado que les voy dejando. 
Mentiras narradas entre líneas de un poeta, versos muertos en sinfonías que te despiertan. Ecos de una vida, de un mundo donde jamás pisaron nuestros pies. El verde frescor del mar se mezcla con el azul de la hierva y el blanco de los árboles al venir la primavera. Fantasía, fábulas ancestrales, para calmar las heridas de niños sin sueños y adultos sin coraje. Mantos de sangre que arropan a demonios llorando en las nubes... eso es el amanecer de una noche en el jardín de las deidades. 
Si algún día pasas a este mundo es porque habrás encontrado la ventana, el espejo o la puerta, que dan a la fantasía. Espero verte caminando, arrastrándote o simplemente sentado sobre una roca. Nos veremos pronto, en este jardín extraño donde lo extraordinario es que no pase nada.
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