miércoles, 21 de diciembre de 2011

Canción de notas de insectos de cemento.

El cosmos del pliegue de tus faldas
florece entre la nieve que cae sobre nosotros.
La belleza que poseen tus alas
es debido a la simbiosis entre mariposa y libélula.

La nieve es perfecta y se confunde con tu piel,
los sueños florecen en las lejanas estrellas que no vemos,
y lo más amargo se vuelve dulce como la miel.
Todo es debido a la simbiosis que hemos provocado.

Grita melodías que inventes en los escasos segundos,
la vida es tan corta y tan decadente, a veces,
que en ocasiones cuesta ser distinto y ver la belleza
en la natación sincronizada del nado de los peces.

En las sombrías calle de esta ciudad sin nombre,
en ellas donde todo parece doler demasiado,
podemos contemplar la paleta de grises otoñales
y el calor del caminar de un cien pies aislado.

Somos insectos que sobrevivimos en este paraíso,
aunque sea de cemento y oscuro asfalto.
Somos almas que brillan de forma apagada,
pero tú brillas como el faro de aquel cerro tan alto.

Mi dulce sinfonía de palabras sin sentido
es un rompecabezas que podrás formar,
quizás tus pequeños dedos podrán darle nombre
a cada sentimiento que aquí he alojado.

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