viernes, 16 de diciembre de 2011

El beso

Sello tus labios con una caricia,
un beso escueto que te llena de vida.
Te tomaré por la cintura, acariciando el borde
de tus alas de mariposa invernal.
Los sueños comenzarán a ser canciones,
convertidos todos en pétalos de flores.

En medio de este mundo gris tú das color,
le otorgas un rojo brillante y cegador
mientras giramos como tocadiscos viejo.
Somos dos sinfonías que se encuentran
y se seducen mientras el silencio llora.
Convertiré tu nombre en poesía,
tu cuerpo será legendaria fantasía
y tus manos la promesa hecha a un Dios.

Soy tu guardián, de memorias y viejos recuerdos
que has perdido por el camino junto a sueños.
Soy el hombre que te hará girar lentamente
y te llevará en un vals hacia el altar
donde las luciérnagas adornaron todo
para hacerte sonrojar tan sólo una vez más.
Eres la primavera en copos de nieve
y la dulzura escondida en caja musical.

Sello tus labios con caricias sinceras,
un beso breve pero intenso que sabe a miel.
Te daré lo poco que tengo para ofrecerte la llave,
esa que te da la posibilidad de destrozar todo
o guardarlo entre tus pequeños brazos.
Joven hechicera de pétalos de nenúfar...
hija de la fantasía, prometida de las lágrimas
y amada por un demonio que custodia tus noches.

Te amo tanto que quizás no puedes imaginarlo, pero nada pierdo con intentarlo.

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