martes, 13 de diciembre de 2011

tú eres

Las luciérnagas que se posan en tu falda iluminan tu rostro, la sonrisa amarga que portas es tan triste como las lágrimas de un ángel. Tu boca es pequeña, diminuta, no así las pestañas que pueblan tus enormes ojos que parecen perlas. Piel clara y suave, como las alas de un ángel, pero fría como la nieve y delicada como la porcelana. Pequeña hada, dulce mariposa, diosa de jardines místicos de frutos prohibidos. Eres la flor en la montaña que resiste las nevadas, el vértigo y el aire que no arrecia. Tan bonita, tan perfecta, y a la vez con mariposas negras sobrevolando tus cabellos de ébano.

Niña perdida de piernas de bailarina, suspiros de mujer que anidan en tu pecho de caja musical. Obra perfecta de mil poemas y odas a ninfas que jamás se asemejaron a ti. Diosa de la infancia perdida y los sueños robados que borda con paciencia nuevos, otros tantos, que quizás se cumplan y tal vez sean los pétalos de las margaritas que desnudas. Mujer de escasa estatura, piernas delicadas y heridas en el alma provocadas por la guadaña de la vida.

Maravillosa visión de cuento de hadas en triste y sucia realidad, trazos de tinta que no se borran y se convierten en mares. Eres el tesoro, la luz y el aire de las aldeas de espíritus desvergonzados que besan tus mejillas sonrojadas. Cuadro lleno de trazos, colores difuminados, que te dan el toque de espectro que no sabe nada pero calla tanto...

Y por eso te amo, porque pareces imposible e inalcanzable... pero eres el pequeño trozo de paraíso que me da vida.

No hay comentarios: