lunes, 11 de junio de 2012

Noches


Noche sin luna ni estrellas,
la sangre lo cubre todo con su espeso manto.
Noche sin silencios ni palabras,
murmullos en idiomas olvidados como el esperanto.


Rezo aún en medio de la guerra,
danzo con mi máscara de muñeco de cera,
alzando mis manos hacia el cielo nocturno
y agachando mi alma hasta tocar la húmeda tierra.


Noches sin estrellas, noche sin alma,
eternas estrellas que lloran en tiempos de guerra.
La sangre cubre todo, incluso el marfil de mi rostro.
Noches en las que te busqué y no te hallé.


La sangre llama a la sangre en un ritual mágico,
la vida llama a la muerte para que se vaya propagando.
Sonríe ante la fatalidad del destino,
dame tu mano y deja que te hable con la mirada.


Noche sin luna, noches sin esperanza.
Noches eternas deseando volver a verte.
Desamparo de ánimas y consuelo de cuerpos
que descansan sobre el pasto del cementerio.


Mariposas plateadas cubren tus cabellos,
el frío nocturno convierte a tus mejillas en manzanas
y tus ropas son cubiertas por el luto de las mías.
La muerte yace a nuestros pies mientras sonreímos.


Noche sin luna ni estrellas,
la sangre mancha mis labios con su espeso manto.
Noche sin confesiones ni palabras,
murmullos de amores que se van olvidando.

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