Te quiero, pero me quedo sin argumentos
ni palabras.
Estoy mudo ante ti mudo con los ojos
cerrados, 
recuerdo tus palabras y me pierdo en
mis ensoñaciones. 
Al despertar sigues ahí, tan hermosa
como Afrodita. 
¿Qué eres tú? ¿De qué mundo has
salido?
¿Te arrojé alguna vez a mis escritos
y viviste?
No, eso me convertiría en tu padre... 
y no eres de tinta, sino tan real que
me atemoriza. 
Te amo, te necesito, te extraño
incluso cuando estás. 
Sin embargo, no te busco y prefiero
quedarme aquí.
Me siento en un refugio de preguntas
sin resolver, 
en un amor que me pierde y me deja
exhausto. 
Eres tan hermosa que ni tú misma
comprendes,
o quizás no quieres comprenderlo ni
ahora ni nunca. 
Te puedo comparar con la primavera y
con el ardiente verano, 
te puedo hacer símiles, metáforas...
y simplemente eres tú. 
¿Qué eres? ¿Qué me has hecho?
Quizás de todo. 
Me has dado la felicidad, la calma
aparente a este mar.
Ya no soy Ulises en la Odisea, tan sólo
Apolo tras Dafne. 
¿Y no es más cruel el segundo amor?
No, tú estás aquí. 
Te amo, te amo... lo repito mil veces
sin duda alguna. 
Lo repetiré quizás el día de mi
muerte, 
el día que ya no pueda tenerte ante mí
con tu dulce sonrisa. 
Te amo, te amo... te quiero y te
adoro... mi dulce Olivia. 
Dedicado a mi Olivia, mi Alex, mi Afrodita.
Dedicado a la mujer que amo. 
Dedicado a mi Musa.
A ti, cherie
A&A
No hay comentarios:
Publicar un comentario