Álzate con la fuerza de la tierra
y toma entre tus dedos los terrones
que el fuego del ayer convirtió en
cenizas.
¡Busca a los espíritus del bosque!
Mi vieja túnica raída y mis cabellos
empapados
en la sangre de la vida que ya no está.
Cazadores serán cazados y la música
suena.
Convertido en uno y siendo a la vez
nada.
Mordidas en el cuello y espíritus
liberándose.
El murmullo entre las copas de los
árboles,
al fin puedo escucharlos y me
estremezco.
Danzan los padres del ayer entre
nosotros.
La locura se hizo verso y el verso
virtud
y ésta tapó su cuerpo delicado de
blanca nieve
que cuando fui liberado tomé entre mis
brazos.
Igual que un animal salvaje clavé mis
dientes.
En mi oscura virtud camino a tientas
con los ojos vendados y las manos
atadas
buscando la salida de la muerte.
¡Busca a los espíritus del bosque!
Dios del bosque...
animal salvaje entre las cortezas de un
roble.
Dios del bosque...
corriendo salvaje sobre la hojarasca
buscando la libertad.
Autor: Ángel González Gálvez
Bajo derechos de autor
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