Búscame donde ya no quede esperanza,
allá en las sendas de los bosques muertos. 
Hállame en palabras carentes de sentido 
pero llenas de sentido similar al fuego.
Soy el sueño de tu despreciable ilusión 
y las cadenas de mis muñecas son de un violín 
que arrastro desde la oscuridad de aquel ayer. 
Encuentra mis pasos en miércoles de ceniza. 
Rojo pasto, rojo fuego, roja sangre... 
rojo los versos de éste amor lleno de odio. 
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