domingo, 16 de junio de 2013

Como el ayer

Como si fuese el inicio del fin,
entre las llamas encendidas
de los versos olvidados
y las melodías acabadas.

Como si fuese el inicio del adiós,
con lágrimas en los ojos
y un pesar en el alma
que la consume como cera de vela.

Como si fuese el inicio de todo
y el nunca más de la verdad.
Abriré mis brazos y te besaré,
me giraré danzando con él.

Violines oscuros y cuervos,
los cuales te sacarán los ojos
en éste teatro de París.
Porque fue en París, amigo.

Como si fuese la verdad más amarga,
aunque sea la mentira más ácida.
Te alzarás conmigo en los tejados
y saludarás a Notre Dame una vez más.



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